miércoles, septiembre 26, 2007

los gemelos



Estoy dando vueltas a la cabeza desde que he leido un libro, un tanto gótico, que se llama "El cuento numero trece", escrito por una señora inglesa que responde al nombre de Diane Setterfield. Parece que es un libro de esos que se venden muchos y que se leen de un tirón. Vamos, uno de los que mi amiga Carmen llama piscineros, para leer encima de la toalla.


Pero lo que me llama la atención es la historia de las protagonistas que son gemelas en todos los casos, la periodista, la escritora famosa, y mantienen unas tesis extrañas, al menos para mí, sobre la soledad en que queda la gemela que logra sobrevivir mientras que su gemelo fallece a edad temprana.


No sé, pero yo soy gemela y mi hermano murió cuando tenía el quince meses (y yo también los tenía, claro), y a mí no me parece que me haya quedado trauma alguno sobre esta cuestión, Simplemente él se murió y yo no; concretamente el niño guapo rubito y con ojos azules se fue y se quedó una bichilla morena y nada llamativa, que soy yo.

Alguna vez se le ha escapado a mis padres que yo le contagié la tosferina (¡yo¡), pero no me dicen quien me la contagió a mí. De todos modos yo no soy culpable de nada puesto que para entonces el niño tenía ya un soplo en el corazón y se murió de la mezcla de las dos cosas. Hoy en día no habría pasado, pero hace unos años, pues ocurrió.

¿Y como me quedé yo? Pues nada, tal cual, pidiendo de comer. Dice mi madre que me giraba hacia el sitio en que él estaba y me quedaba mirando, y se supone, que lo buscaba. Puedo jurar por todo lo jurable que no me acuerdo de nada y que no creo que su falta me haya afectado de modo alguno. Lo único que me quedó fue la costumbre que tomó mi padre que, en todos mis cumpleaños y en Nochebuena, echaba una charleta sobre la ausencia de mi hermano, charleta que me fastidiaba mucho porque me estropeaba la fiesta, pero que, era compensada por mi madre que por debajo de la mesa me daba pataditas riéndose. Cosas de las familias numerosas.

Por eso no acabo de entender lo que dice el libro de que los gemelos nos quedamos tocados ante la falta del hermano o hermana.


Es esa una tesis que he oido más de una vez, e incluso vi hasta un documental en la tele hace tiempo, y en él decían que no estaba demostrado ni de lejos que el gemelo supérstite quedara afectado o que, en caso de que los dos vivan, tengan vivencias similares. Eso sí que se considera un camelo total.