viernes, abril 17, 2009

la crisis financiera

LA CRISIS FINANCIERA


Es el tema de conversación diario: la crisis financiera, que nos está afectando profundamente.

Pero, ¿de dónde viene esta crísis y hacia dónde nos va a llevar? Cierto es que determinar su origen es fácil, pero intuir su rumbo posterior no lo parece tanto, por más que múltiples estudiosos, teóricamente expertos economistas, se afanen en intentar anticipar sus consecuencias. Lo único que tenemos hasta el momento es que ya no existen economistas neo-liberales, sino todo lo contrario, intervencionistas.

Todo el mundo está de acuerdo en que el origen de la crisis está en una serie de operaciones bancarias, de relativamente nuevo cuño, basadas en técnicas de ingenieria financiera practicada por una serie de bancos de inversión americanos que ha infectado, con unos activos financieros de ínfima calidad, los balances de los principales bancos mundiales.

Pero antes que nada deberíamos de determinar una serie de conceptos que nos están invadiendo en las ondas, aunque parece que no son de dominio general. En primer lugar, ¿qué es un banco de inversión?; pues muy sencillo, no es un banco, o al menos no lo es en los términos que conocemos en España, ya que no toman depósitos de sus clientes y no los aplican por cuenta propia en sus operaciones, que son las condiciones que definen en el derecho español a las entidades bancarias (bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito); son entidades que se dedican a la pura intermediación y que no están sujetas a los principios y normas reguladoras de la banca, ni en España ni fuera. Es esta una de las razones por la que estos bancos de inversión han podido hacer prácticamente lo que les ha venido en gana, simplemente no tenían norma alguna que cumplir, salvo los laxos códigos de conducta que se otorgaban a sí mismos.

¿Y las hipotecas sub-prime? Es un activo financiero (recordaremos que un activo financiero no es sino una anotación contable) que surgió de la titulización de hipotecas de alto riesgo procedentes del mercado inmobiliario norteamericano; son .préstamos con garantía hipotecaria que se realizan a un prestatario considerado subprime; es decir, a un prestatario con un historial crediticio no muy bueno que ha tenido créditos morosos o impagados en el pasado. El mecanismo era sencillo: se venden una serie de préstamos con garantía hipotecaria, que, aun siendo de riesgo, se pueden comercializar por cuanto que se supone que las viviendas objeto de la garantía tienen un precio que va a subir en todos los casos, por lo que de ejecutarse la garantía, el precio final de la vivienda siempre será superior al del préstamo hipotecario. Pero esta suposición de precio en alza se ha incumplido en el momento en que los precios de la vivienda no continuaron subiendo en EEUU y comenzaron, a la vez, los impagos de las hipotecas. Por su lado, los bancos de inversión iban haciendo paquetes con esas hipotecas, las “titulizaban”; la titulización hace que estas hipotecas sean transmisibles mediante títulos entre los bancos y entidades financieras, y será quien hubiera adquirido esos derechos quien deberá hacer frente a su impago y a la crisis. Las hipotecas no sólo son unos productos que generan unos ingresos periódicos, sino unos activos que les sirven para emitir bonos. Esta práctica, conocida técnicamente como titulización, permite a los bancos conseguir dinero en el presente con el lanzamiento de unos títulos que están respaldados por los ingresos futuros que proceden de las cuotas hipotecarias



Inicialmente estos títulos eran colocados por la banca de inversión en el mercado financiero a un tipo superior; a su vez, los compradores las iban recolocando en otras terceras entidades y así sucesivamente. Hay que señalar en en cada transmisión hay un pequeño porcentaje de ganancia por la intermediación, lo que, a la larga, repercutía de un modo muy favorable en las cuentas de resultados de los colocadores. Por supuesto que todos los implicados consideraban que estaban adquiriendo activos que no fallarían por cuanto, además, podían ir acompañados del correspondiente seguro, lo que ha ocasionado ya la quiebra de alguna importante entidad aseguradora y siguiendo, en todo caso, las buenas valoraciones de las agencias de calificación.

¿Y en España, qué ha pasado? El sistema financiero español parece estar poco afectado por esas operaciones de titulización inmobiliaria; por cuando que estas actividades sub-prime no ha sido nunca bien visto por el regulador español, y, además nuestra legislación hipotecaria no puede decirse que fuera muy adecuada para este tipo de cosas. De ahí que, aún cuando se sabe que determinadas entidades de crédito han vendido esos productos entre sus clientes, normalmente de alto nivel, esta operativa parece que sólo se ha reflejado en éstos y no en las cuentas de las entidades vendedoras, aunque, como no puede ser de otro modo, estas actuaciones están dando lugar a una serie de reclamaciones a esos bancos, cuya resolución normalmente no tardaremos mucho en ver.

Importante es decir que el pinchazo de la famosa burbuja hipotecaria y la influencia del mercado hipotecario en la banca española es limitada por cuanto que limitado era el uso de las titulaciones en el mercado español. Es más, el Banco de España publicó en el mes de junio una nueva regulación de los recursos propios mínimos de la banca en la que se intentaba dar una mayor flexibilidad a ese inmovilista mercado hipotecario, a fin de facilitar las operaciones de venta de hipotecas entre la banca. Pero por otro lado, también en ese misma norma se penalizaba en cierto modo la concesión de hipotecas por el importe total del bien, ya que a juicio de nuestro banco central, ese era un riesgo excesivo y, en consecuencia, los bancos tenían que dotar una provisión para cubrir el exceso de hipoteca que concedían. Ya hace años el Banco de España desaconsejó el otorgamiento de préstamos hipotecarios por el total del precio de la garantía.

Esta política del Banco de España de extremar sus precauciones ante la adquisición de riesgos descontrolados por parte de la banca, esa política que fue criticada, incluso a nivel comunitario, como excesivamente conservadora, ha sido el secreto del hasta ahora buen comportamiento de la banca española ante la crisis. Los recursos propios de los bancos, las estrictas dotaciones ante los riesgos y la propia experiencia española ante las crisis bancarias de los años ochenta, han sido fundamentales para el mantenimiento del nivel de recursos y solvencia que están atenuando el impacto de la crisis financiera en la banca española.

la crisis financiera



LA CRISIS FINANCIERA


Es el tema de conversación diario: la crisis financiera, que nos está afectando profundamente.

Pero, ¿de dónde viene esta crísis y hacia dónde nos va a llevar? Cierto es que determinar su origen es fácil, pero intuir su rumbo posterior no lo parece tanto, por más que múltiples estudiosos, teóricamente expertos economistas, se afanen en intentar anticipar sus consecuencias. Lo único que tenemos hasta el momento es que ya no existen economistas neo-liberales, sino todo lo contrario, intervencionistas.

Todo el mundo está de acuerdo en que el origen de la crisis está en una serie de operaciones bancarias, de relativamente nuevo cuño, basadas en técnicas de ingenieria financiera practicada por una serie de bancos de inversión americanos que ha infectado, con unos activos financieros de ínfima calidad, los balances de los principales bancos mundiales.

Pero antes que nada deberíamos de determinar una serie de conceptos que nos están invadiendo en las ondas, aunque parece que no son de dominio general. En primer lugar, ¿qué es un banco de inversión?; pues muy sencillo, no es un banco, o al menos no lo es en los términos que conocemos en España, ya que no toman depósitos de sus clientes y no los aplican por cuenta propia en sus operaciones, que son las condiciones que definen en el derecho español a las entidades bancarias (bancos, cajas de ahorro y cooperativas de crédito); son entidades que se dedican a la pura intermediación y que no están sujetas a los principios y normas reguladoras de la banca, ni en España ni fuera. Es esta una de las razones por la que estos bancos de inversión han podido hacer prácticamente lo que les ha venido en gana, simplemente no tenían norma alguna que cumplir, salvo los laxos códigos de conducta que se otorgaban a sí mismos.

¿Y las hipotecas sub-prime? Es un activo financiero (recordaremos que un activo financiero no es sino una anotación contable) que surgió de la titulización de hipotecas de alto riesgo procedentes del mercado inmobiliario norteamericano; son .préstamos con garantía hipotecaria que se realizan a un prestatario considerado subprime; es decir, a un prestatario con un historial crediticio no muy bueno que ha tenido créditos morosos o impagados en el pasado. El mecanismo era sencillo: se venden una serie de préstamos con garantía hipotecaria, que, aun siendo de riesgo, se pueden comercializar por cuanto que se supone que las viviendas objeto de la garantía tienen un precio que va a subir en todos los casos, por lo que de ejecutarse la garantía, el precio final de la vivienda siempre será superior al del préstamo hipotecario. Pero esta suposición de precio en alza se ha incumplido en el momento en que los precios de la vivienda no continuaron subiendo en EEUU y comenzaron, a la vez, los impagos de las hipotecas. Por su lado, los bancos de inversión iban haciendo paquetes con esas hipotecas, las “titulizaban”; la titulización hace que estas hipotecas sean transmisibles mediante títulos entre los bancos y entidades financieras, y será quien hubiera adquirido esos derechos quien deberá hacer frente a su impago y a la crisis. Las hipotecas no sólo son unos productos que generan unos ingresos periódicos, sino unos activos que les sirven para emitir bonos. Esta práctica, conocida técnicamente como titulización, permite a los bancos conseguir dinero en el presente con el lanzamiento de unos títulos que están respaldados por los ingresos futuros que proceden de las cuotas hipotecarias.

Inicialmente estos títulos eran colocados por la banca de inversión en el mercado financiero a un tipo superior; a su vez, los compradores las iban recolocando en otras terceras entidades y así sucesivamente. Hay que señalar en en cada transmisión hay un pequeño porcentaje de ganancia por la intermediación, lo que, a la larga, repercutía de un modo muy favorable en las cuentas de resultados de los colocadores. Por supuesto que todos los implicados consideraban que estaban adquiriendo activos que no fallarían por cuanto, además, podían ir acompañados del correspondiente seguro, lo que ha ocasionado ya la quiebra de alguna importante entidad aseguradora y siguiendo, en todo caso, las buenas valoraciones de las agencias de calificación.

¿Y en España, qué ha pasado? El sistema financiero español parece estar poco afectado por esas operaciones de titulización inmobiliaria; por cuando que estas actividades sub-prime no ha sido nunca bien visto por el regulador español, y, además nuestra legislación hipotecaria no puede decirse que fuera muy adecuada para este tipo de cosas. De ahí que, aún cuando se sabe que determinadas entidades de crédito han vendido esos productos entre sus clientes, normalmente de alto nivel, esta operativa parece que sólo se ha reflejado en éstos y no en las cuentas de las entidades vendedoras, aunque, como no puede ser de otro modo, estas actuaciones están dando lugar a una serie de reclamaciones a esos bancos, cuya resolución normalmente no tardaremos mucho en ver.

Importante es decir que el pinchazo de la famosa burbuja hipotecaria y la influencia del mercado hipotecario en la banca española es limitada por cuanto que limitado era el uso de las titulaciones en el mercado español. Es más, el Banco de España publicó en el mes de junio una nueva regulación de los recursos propios mínimos de la banca en la que se intentaba dar una mayor flexibilidad a ese inmovilista mercado hipotecario, a fin de facilitar las operaciones de venta de hipotecas entre la banca. Pero por otro lado, también en ese misma norma se penalizaba en cierto modo la concesión de hipotecas por el importe total del bien, ya que a juicio de nuestro banco central, ese era un riesgo excesivo y, en consecuencia, los bancos tenían que dotar una provisión para cubrir el exceso de hipoteca que concedían. Ya hace años el Banco de España desaconsejó el otorgamiento de préstamos hipotecarios por el total del precio de la garantía.

Esta política del Banco de España de extremar sus precauciones ante la adquisición de riesgos descontrolados por parte de la banca, esa política que fue criticada, incluso a nivel comunitario, como excesivamente conservadora, ha sido el secreto del hasta ahora buen comportamiento de la banca española ante la crisis. Los recursos propios de los bancos, las estrictas dotaciones ante los riesgos y la propia experiencia española ante las crisis bancarias de los años ochenta, han sido fundamentales para el mantenimiento del nivel de recursos y solvencia que están atenuando el impacto de la crisis financiera en la banca.